Cuantas veces…

Cuantas veces, Señor, te he prometido
no volver a pecar y cuantas veces
el pecado de nuevo me envilece
dejándome a su imperio sometido.

De qué sirve que llore arrepentido
si luego la pasión se me enardece,
si el corazón, cansado, desfallece
y mis promesas caen en el olvido.

Tú bien sabes, Señor, que es vano el sueño
de ganar esta lid en que porfío,
mas déjame seguir en el empeño.

Y entre tanta miseria y cieno tanto,
aunque inútil, Señor, aunque baldío,
consérvame el anhelo de ser santo.

ACortesC

Alferdo Cortés Camacho ()

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